Los
Vinos de Tenerife.
Tenerife, tierra de tránsito
y de prosperidad, de océano y de volcanes ha
sido, desde tiempo inmemorial, punto de encuentro para
gentes y culturas. Favoreciendo este hecho su situación
estratégica, punto de paso obligado hacia el
Nuevo Mundo. Y fueron estos viajeros, provenientes de
Europa, los que cansados de esperar la llegada a puerto
de los inseguros y lentos navios de la época,
decidieron traerse consigo las mejores cepas, que inundarían
las medianías de la isla.
Siendo allá por el S.XV, cuando
nuestros caldos comienzan a alcanzar una fama importante
gracias a los navegantes que cruzan el océano,
lo que origina una importante demanda fuera de nuestras
fronteras isleñas. Nace así un floreciente
comercio, convirtiendo el cultivo de la vid y la exportación
de los vinos en la principal fuente de riqueza de la
Isla.
El vino canario nunca faltó
en las principales cortes europeas, así como
en el Nuevo Mundo, donde tras el armisticio de Luisiana,
tal y como relatan los historiadores de la época,
se brindó con "Canary".
De la gran fama del vino canario dan
fe grandes lideratos: Shakespeare, Walter Scott o Góngora
hacen hueco en sus obras para introducir los placeres
de éste.
Cabe destacar que en la mayoría
de los países americanos, fueron sarmientos llevados
desde las Islas los que introdujeron allí la
vid y, por consiguiente, la producción vitivinícola.
Actualmente en la isla de Tenerife
encontramos una superficie total de 8.177 Has. dedicadas
pura y exclusivamente al cultivo de la viña entre
las que destacan, por su carácter autóctono,
las variedades de Listán Negro y Listán
Blanco, base principal par la elaboración de
nuestros maravillosos caldos. |